Reza un cartel al llegar que se trata de uno de los pueblos más bonito de España...y es verdad que es bonito y pintoresco.
Alcalá de Júcar se encarama en una roca sobre un meandro del río y sus casas escalan por ella o se excavan en la tierra y ascienden hasta el Castillo que lo preside todo. El cañón del Júcar se recorta en láminas en su base, como una tarta de caliza que le confiere un peculiar aspecto.
Su castillo es de origen árabe, pero lo cierto es que tras las sucesivas restauraciones en la Reconquista ya no quedan a penas huellas de su origen. Un entramado de casas blancas escalan hasta él, situado en la cumbre y precioso en esta época con una alfombra de amapolas a su alrededor.
La iglesia de San Andrés también preside la población uno de los edificios más significativos de la población. Es una construcción de nave única y muy alargada, construida entre los siglos XVI y XVIII.
La localidad esta llena de cuevas y túneles convertidos en la actualidad en bares y peculiares museos.
Un lugar sin duda estupendo para pasar el día en muy buena compañía y disfrutar de un buen baño de río
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