sábado, 23 de diciembre de 2017

VIBENCA

    En pleno corazón de la ciudad de Valencia, en la plaza Lope de Vega, Vicente, artesano del abanico, se convierte en un escaparate viviente para mostrar su trabajo  a los viandantes.

    Un escaparate lleno del colorido y la espectacularidad de sus abanicos y otro escaparate que logra atraer la atención de los que pasan mostrando su taller y a él mismo mientras trabaja. 

    Una idea encantadora que transmite su calidez y su simpatía y acerca al público a la artesanía, haciéndoles llegar que detrás de cada uno de esos bellos abanicos se encuentra la mano y la sensibilidad del artista.

    Vicente nos muestra su trabajo mientras hablamos de arte, de la música, de la pintura y de la fotografía... y también de las dificultades de hacer perdurar la artesanía del abanico si falta gente que quiera trabajar en ella. 

    En una pared de su taller una foto de niño con su padre nos muestra su ascendencia artesana. El artista nace... y también se hace. 




















    Fotografías realizadas en el taller de reportaje improvisado de Juan Catalán



domingo, 17 de diciembre de 2017

A LA SOMBRA DE LA MURALLA

    ( Taller de Pepe March )

   Para alguien tan acostumbrado al orden en lo personal y a buscar la parte más dulce en la fotografía de naturaleza, supone un fuerte impacto sumergirse en este mundo de caos y de bombardeo de información y de emociones.

   A la sombra de la muralla, que no puedo sino preguntarme si ha tenido alguna influencia en todo lo que contiene, un mundo repleto de muchos mundos... y de contrarios entremezclados en infinitud de detalles, que se hace imposible ignorar con una cámara delante.

    Lo presento tal como lo he vivido, en un estilo que puede sorprender por ser tan diferente a lo que he mostrado hasta ahora, pero es tal y como yo lo sentí, un duro contraste de emociones, de culturas y de objetos aparentemente inanimados pero que parecen tener vida. 
   
    Infinidad de instrumentos y de aperos entremezclados con maniquís incompletos, un enorme traje de novia sin su destinataria, seda y encaje entre la dureza de lo que le rodea y una enorme fragua. Todo ello en un aparente abandono, como una obra a la espera de que su creador decida el momento de terminarla.

    Un gigantesco árbol que parece querer salirse por el techo de la sala y también infinidad de pequeñas obras de arte por cualquier lugar, como olvidadas... y de colecciones de objetos, como casullas de sacerdote, instrumentos musicales antiguos, candelabros, pipas de agua, teteras, muebles antiguos, esculturas clásicas...y algún rincón delicioso, a modo de descanso y deleite de las miradas.


    A caballo entre museo etnológico y vivencias del autor que  este lugar convierte en propias , como si tuviera una vida que contarnos y que de alguna manera defiende con uñas y garras del intruso que ose penetrarla sin el debido respeto.

  Una interesante experiencia que me deja con las ganas de escuchar su historia en palabras de la boca de su creador.




















Fotografías realizadas en el Taller de reportaje improvisado de Juan Catalán