jueves, 27 de septiembre de 2012

CORMORANES


           
           Para mi una experiencia fantástica….como volver a mis orígenes. Al fin y al cabo yo empecé a hacer fotografías por mi interés en hacérselas a los animales y que puede haber más bonito que hacerlo en libertad en su propio hábitat.
           
            En esta ocasión se lo debo a otro amigo que me ha prestado una inestimable ayuda iniciándome en este apasionante “palo” de la fotografía… Mi vida en este mundo, para bien y para mal, siempre se ha visto marcada por la presencia de los amigos que de uno u otro modo me han apoyado, enseñado y abierto caminos.

         Yo por unas fotografías viajé a la otra punta del mundo a traerme las auroras y los glaciares y ahora me gustaría traerme la vida de los animales más cercanos y sencillos en su propio hábitat. 

             Cual cazadora de imágenes me gustaría siempre que me sea posible ir a por ellas con el animo no sólo de poseerlas, sino de enseñarlas para que le gente admire su belleza y aprenda a quererlos conociéndolos mejor, que este mundo de hoy en día está tan falto de afectos que acabará por destruirse y destruirnos.

            Es una tarea de paciencia pasar horas apostada con el peso de la cámara y el teleobjetivo haciendo fotos, esperando que suceda algo, posturas, gestos, relaciones, acción y en suma su vida cotidiana, pero no me pesa porque aun sin cámara observar lo maravillosa que es la Naturaleza y la belleza de la libertad y la sencillez con que transcurre  es siempre gratificante.

       Tal vez el ser humano debería aprender de los animales muchas cosas, no sólo a ser libres con naturalidad y sin la obsesión que al ser humano le produce esa palabra y que le conduce a tantos desencuentros y desmanes en su nombre, sino a convivir en armonía colaborando para el bienestar de cada uno y el de todos los miembros de la colonia.

          Dejo aquí estas imágenes, algunas de mi amigo y otras  mías, para compartirlas con vosotros.
             
           Os recomiendo que al menos las suyas las amplieis para verlas porque vale la pena.

       Esta vez son pocas por ser fruto de una sola experiencia y de unas horas... ”la primera “ y me gustaría que fuera el inicio de un nuevo aprendizaje en el mundo de la fotografía y de la vida.


   Cormorán moñudo ( Phalacrocorax aristotelis)

   Especie acuática y gregaria. Se alimenta de peces y es capaz de sumergirse hasta 10 m de profundidad...







     Pese a su nombre, el cormorán moñudo sólo luce su penacho de plumas en primavera durante el cortejo nuncial.
     
      Se diferencia del grande además de por su tamaño por su pico delgado y comisuras amarillas.

      No existe el dimorfismo sexual...los adultos son negros aunque la hembra es de menor tamaño y los ejemplares jóvenes presentan un color grisáceo pardusco.


        Su plumaje no es impermeable, así que debe secarse al sol





Habitante característico de las zonas rocosas.
       Cría en casi todas las costas de la Península Ibérica.















    Desde esta entrada quiero dar las gracias a mi amigo (Darister en los foros) y espero repetir la experiencia !!!




viernes, 7 de septiembre de 2012

PERSIGUIENDO SUEÑOS


               Empecé el año con este firme propósito tras recibir un mensaje de felicitación de un buen amigo que decía 

 "La felicidad es hacer lo que se desea y desear lo que se hace. No sueñes tu vida, vive tus sueños"

         Y en busca de uno de estos sueños me embarqué rumbo a la locura del viaje a Groenlandia.

          A mi siempre me fascinaron los glaciares y las auroras boreales y aficionada como soy a la fotografía nocturna no podía dejar pasar la oportunidad de verlos y capturarlos a mi manera con mis fotografías.

      Durante dos meses estuve acaparando el material que necesitaba tanto personal como fotográfico, incluso intenté prepararme físicamente, sin ningún éxito, he de confesarlo, para las largas caminatas que me esperaban.

       Partimos desde Madrid hacia Copenhague en avión.                     Como era un viaje muy largo tuvimos que hacer noche allí y de paso nos permitió visitar la ciudad , aunque fuera sólo una tarde, cosa que mi compañera de viaje y yo realizamos en un barco de los que hacen el recorrido por los canales para enseñar la ciudad a los turistas. La verdad es que es un paseo agradable y como era al atardecer pudimos disfrutar  además de la puesta de sol .









       Allí comenzó la aventura, esta vez cosmopolita, pero aventura, por lo que supone encontrarse en una ciudad desconocida en la que se habla un idioma que no entiendes y teniéndose que mover en sus trasportes urbanos y además con su moneda. 
        
       Suerte y desgracia que en Dinamarca se puede pagar con tarjeta de crédito hasta el metro!!.







          Ya al día siguiente partimos hacia Groenlandia …y allí nos esperaba la primera de las continuas sorpresas que han caracterizado el viaje lleno de imprevistos para acoplarse a las circunstancias climáticas y de organización.
      

      Una larga caminata cargados con las mochilas para realizar una acampada en el Valle de las mil Flores y uno de los trekkings técnicamente más difícil y que debíamos haber realizado más hacia el final del viaje.

         El campamento situado en el fondo de un valle glaciar por el que en esta época tan sólo discurría un río fruto del deshielo  y en el que aun habían varados lo que en un principio creímos rocas, para descubrir al acercarnos que se trataba de bloques de hielo que a pesar de estarse derritiendo todo el tiempo eran aun bastante grandes. Un lugar francamente bonito y lleno de paz en el que pasamos acampados dos días después de haber montado las tiendas. 













              Allí el  clima era inestable y cambiaba del sol a la lluvia o la niebla en cuestión de minutos y por la noche permaneció nublado o lloviendo durante los dos días, así que empezamos a pensar si lograríamos ver las auroras boreales durante alguno de los días de nuestra aventura.

            El tercer día también amaneció lleno de sorpresas. Un viaje en helicóptero previsto para visitar el glaciar Eqaluritsist. 

             Ambas cosas emocionantes e impresionantes. Uno se siente inmensamente pequeño e insignificante contemplando semejante paisaje…




          En general es así en cualquier parte de este País, pero sobre todo ante la vista de un glaciar. Esto, como algunas otras cosas, es una de las mejores experiencias que he podido vivir durante este viaje.
              
           Otra de las cosas que desde el principio me llamó la atención además de lo que contemplaba es el profundo silencio...hasta el mar es silencioso en Groenlandia !! 
            Cuando uno se encuentra a solas allí en medio, cosa que tuve oportunidad de hacer durante dos días, se encuentra sobrecogido e impresionado por estas dos cosas.










            Y de nuevo otra sorpresa, el helicóptero no nos iba a llevar a nuestro lugar de destino que iba a ser una granja en  la costa ... 
         Al nuevo lugar, otra granja en Sillisit, teníamos que desplazarnos caminando. Ese día andamos en total 27 km…que al final hay que decir que se vieron recompensados por un impresionante paisaje a lo largo de todo el recorrido incluso en el lugar de destino, pero sobre todo porque allí si pudimos contemplar por primera vez la aurora boreal, que es uno de los espectáculos mas impresionantes junto con los glaciares que se puede disfrutar en este País.



















            Con el quinto día nuevo desplazamiento, esta vez en barco para cruzar el fiordo y de nuevo a pie para llegar a  Igaliko, uno de los pueblos que allí dicen es de los más bonitos…y deben llevar razón a juzgar  por el espectáculo de casitas de colores que se veía desde el mirador a la orilla del fiordo y con las impresionantes montañas que lo rodeaban. 


        
              

















       Un atardecer precioso de nubes de color rojo en las montañas y otra noche de auroras boreales fue el colofón de esos dos días.







            De nuevo noticias preocupantes porque se preveía fuerte viento del norte para nuestro ultimo día de estancia, lo que afectaba tanto a uno de los espectáculos que esperábamos contemplar y fotografiar que era nuestro paseo en barco por entre el campo de icebergs , como a la posible partida de nuestro avión que pudiera no producirse porque esos vientos llegan a alcanzar según oí decir más de 160 km hora.

            El paseo el barco no pudo ser tal por que se empezó a desatar el viento como estaba previsto y también una fuerte lluvia que nos obligó a atravesar el fiordo en otro barco, pero que no impidió que yo saliera a hacer fotos a un a riesgo de estropear mi cámara y objetivo…y detrás de mi,  mis colegas del grupo de fotógrafos!!




          Las fotos no pudieron ser una maravilla, pero hay que decir que lo pasamos increíblemente bien haciendolas mientras nos saltaba el agua por la cara y las cámaras y se nos llenaban de gotas los lentes de los objetivos….Se han salvado pocas tomas porque no podía dejar de hacer fotos y entrar a secar la cámara de emocionada que estaba , pero a veces hay que hacer alguna locura por la fotografía y eso a mi me hizo sentir particularmente bien y sobre todo viva, como supongo les sucedió a mis compañeros.










            Esa noche nos esperaba una cama con colchón y una cena en el hotel de Narsarsuaq donde debíamos coger el avión hacia Copenhague al día siguiente. Una cena un poco especial ya que las comidas típicas de allí son guisos de ballena, foca,... animales que a mi me apenaría comer, pero que para ellos son su medio habitual de subsistencia y casi para nosotros pues la comida durante nuestros días de caminatas y aventuras había sido, aunque por lo visto si calórica, bastante monótona… y la bebida agua de los ríos que habían por el camino, que para mi, urbanita y cervecera como soy, también representó un esfuerzo.

           Y el regreso como era de preveer por el fuerte viento, dos días de interminable viaje y esperas de aeropuertos, agotados ya por el esfuerzo físico y porque mentalmente las impresiones recibidas se acumulan en la cabeza para asimilarlas.

            En resumen y al final una agradable experiencia de la que me traigo fotos e imágenes en la retina y recuerdos de todo tipo en la cabeza y en el corazón… buenos la mayoría y tristes otros, porque a mi el alejamiento de mis seres queridos siempre me trastoca bastante emocionalmente.

            Y es que los sueños a veces son escurridizos como el agua ...se te escapan entre los dedos y requieren un esfuerzo y al final resulta que sigues soñando y persiguiendo otros nuevos.