Me
encanta la nieve y la sensación de paz y de silencio que produce…y cuando cruje
bajo los pies y te hundes hasta las rodillas en la nieve virgen…
Y
me gusta cuando atardece y la luz lo convierte todo en algo especial…y la sensación
de renacer la vida cuando se deshiela y es como si la montaña sonriera.
Y esa luz intensa de lo
blanco con los reflejos del sol que te llena totalmente las fotografías y que
hay que controlar como a un animalillo joven y alocado y que se parece a una
hoja de papel en la que lo mismo que escribes letras puedes dibujar y componer
con la imagen.
Y
pasear por la montaña llenándome de ella, empapada hasta los huesos y
emocionada por la belleza del paisaje.
Y
cuando te asomas a una ventana y la ves a lo lejos en las montañas, pero desde
la ventana…
Es
lo que tiene haber sido toda la vida una urbanita de ciudad mediterránea…;)
Buena entrada Amparo!!
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